Fuente: cincodías

  • La divisa europea sube un 17% desde los mínimos de septiembre y se cambia a 1,12 dólares

La moderación de la inflación en EE UU conocida la semana pasada provocó una revaluación de las expectativas de subidas de tipos. Los inversores empezaron a poner en precio que la próxima semana la Reserva Federal acometerá la última subida de las tasas. Mientras la probabilidad de un incremento a la vuelta del verano ha caído del 27% al 12% actual, la volatilidad ha hecho acto de presencia en el mercado de divisas. Fruto de este cambio de expectativas, el dólar ha corregido parte de su fortaleza.

Aunque la caída del billete verde frente a la cesta de divisas del G10 ha sido generalizada, es destacado el comportamiento en su cruce frente al euro. La divergencia en materia de política monetaria está sirviendo de impulso en esta ocasión a la divisa europea. Con ocho sesiones consecutivas al alza, el euro pone rumbo a su mejor racha desde 2004 y se cambia a 1,122 billetes verdes, máximos de 17 meses. Más llamativa resulta la recuperación que experimenta desde los mínimos del pasado septiembre cuando la moneda única perdió la paridad con la divisa estadounidense. En los últimos 10 meses, el euro repunta un 17%.

Pero el resurgir del euro no significa que la economía europea sea ahora más fuerte. Emmanuel Cau, estratega de Barclays, considera que la divisa única sube por razones equivocadas. El experto señala que, si bien un euro fuerte suele ser un indicador positivo, esta vez la recuperación está impulsada por tasas más altas en la eurozona en lugar de un mayor crecimiento económico. Mientras el mercado está empezando a descontar una única subida de los tipos en EE UU lo que queda de año, la situación que se dibuja para la zona euro es distinta. Aunque en su última intervención el vicepresidente del organismo europeo, Luis de Guindos, señaló que la decesión de septiembre está abierta, las actas de la pasada reunión pusieron de manifiesto la preocupación de los funcionarios por la resistencia que muestra la inflación subyacente. En vista de que las presiones inflacionistas continúan siendo elevadas, el mercado da una probabilidad del 93% a un incremento de un cuarto de punto en julio y un 60% a la vuelta de las vacaciones. No obstante, ayer Klaas Knot, el presidente del banco de Holanda y una de las voces más agresivas dentro del consejo de gobierno del BCE, señaló que una subida de los tipos en septiembre no está garantizada, algo que ayudó a contener la remontada del euro.

Los analistas consideran que la reversión que ha experimentado el dólar en las últimas semanas es algo temporal. A medida que la desaceleración mundial se abra paso, los expertos esperan que el dólar vuelva a hacer gala de su perfil de valor refugio. En momentos de inestabilidad los inversores se lanzan a la compra de divisa estadounidense para lograr una cierta protección. Aunque Simon Harvey, jefe de análisis de divisas en Monex Europe, considera poco probable que se produzca una recesión mundial en el tercer trimestre, no descarta que en un escenario de desaceleración el euro vuelva a situarse por debajo de los 1,10 dólares. Por contra, si se consigue revertir el frenazo que experimenta la eurozona, el euro podría prolongar el rally y subir hasta los 1,15 dólares, niveles que no divisa desde noviembre de 2021.

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