Fuente: cincodías

  • La tecnología es una aliada de la Agencia Tributaria, pero también de los contribuyentes

En 1950, el matemático Alan Turing, considerado el padre de lo que hoy conocemos por Inteligencia Artificial (IA), dio la primera definición de esta cuando manifestó que un ordenador era capaz de pensar si sus resultados eran tan convincentes que una persona que interactuara con él no pudiese distinguir sus respuestas de las de un ser humano. Es decir, la IA en su definición más básica, sería la inteligencia de las máquinas.

Pero hoy en día, cuando nos referimos a IA, nos estamos refiriendo a un conjunto de tecnologías que van desde el machine learning -esto es, las redes neuronales o el aprendizaje profundo- hasta la utilización del big data. Este conjunto de conceptos está más de actualidad que nunca gracias a herramientas como ChatGPT.

Y esta realidad tecnológica, que como vemos no es tan reciente, viene siendo utilizada por la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) desde hace tiempo, como ella mismo reconoce tanto en sus memorias como en sus planes de control tributario anuales.

Según la información de esas memorias, en el ejercicio 2022 se presentaron aproximadamente 22 millones de autoliquidaciones de IRPF, la mayor parte de ellas realizadas en línea a través del programa Renta Web de la AEAT; 2,2 millones del Impuesto sobre Sociedades y más de 5 millones del IVA.

Manejar esa cantidad ingente de datos no sería posible sin la ayuda de sistemas de IA, tanto para el control tributario mediante aplicación de metodologías de big data (muy centrada, como explica la propia AEAT, en el plan de control tributario para 2023 en materias como precios de transferencia o residencia fiscal) o en la generación de borradores de declaración como la de IRPF, que todos los contribuyentes tenemos a nuestra disposición a finales de abril.

La relación entre la propia AEAT y los contribuyentes es otro de los campos donde la tecnología juega un papel esencial desde hace años, ya sea por cómo reciben aquellas notificaciones en su Dirección Electrónica Habilitada, cómo presentan documentación por sede electrónica o, más recientemente, cómo se conforman los libros electrónicos de IVA mediante el Sistema de Información Inmediata (vulgarmente conocido por sus siglas como SII). Por cierto, entre las finalidades últimas de este SII están las de generar en un futuro próximo también borradores de autoliquidaciones de IVA, amén del incremento de datos que permite ampliar las posibilidades de comprobación de la inspección.

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