Fuente: elEconomista

  • «Todavía hay muchas presiones inflacionistas por delante», explica el CEO de JP Morgan
  • Los costes de la transición energética, el gasto militar y en infraestructuras le preocupan
  • También cita las disputas comerciales y los «enormes déficits fiscales»

El dato de inflación que se ha publicado en Estados Unidos esta semana ha contribuido a reducir el miedo de muchos inversores por la posibilidad de que el monstruo inflacionista vuelva a repuntar en el gigante americano. Sin embargo, Jamie Dimon, el famoso CEO de JP Morgan, ha hecho aparición con un mensaje que puede sentar como un jarro de agua fría a los más optimistas: según Dimon, el mercado está siendo demasiado optimista, ya que todavía quedan muchos peligros inflacionistas por delante, y estos no son desdeñables. A su juicio, el coste de la transición verde, sumado al gasto militar proyectado y también en infraestructuras, además de las disputas comerciales con China y los enormes déficits fiscales, son presiones inflacionistas que los mercados no deben descartar.

Jamie Dimon tiene claro desde hace meses que los tipos de interés en Estados Unidos van a ser más altos de lo que el mercado espera durante un tiempo, ya que la inflación no va a permitir a la Reserva Federal estadounidense (Fed) bajar los tipos de interés tan pronto como se descuenta en este momento. Para Dimon, «todavía hay muchas presiones inflacionistas por delante», ha señalado en una entrevista a Bloomberg, e insiste en que «la inflación subyacente puede no desaparecer tan rápido como la gente espera», indica.

Las presiones a las que se refiere Dimon no son nuevas, y el CEO del banco lleva ya meses avisando del peligro inflacionista que acecha. Para él, son especialmente preocupantes los costes que tendrá financiar la transición a la economía verde, el proceso de militarización que se está produciendo, que forzará a Estados Unidos a invertir más en su seguridad y defensa, además de otros factores, como el gasto en infraestructuras que el país va a tener que acometer, después de años retrasando estas inversiones, a pesar de haber formado parte de promesas electorales por parte de los dos principales partidos en Estados Unidos.

Tampoco hay que descartar, como explica Dimon, el impacto que tendrán las disputas comerciales, un choque, principalmente entre China y Estados Unidos, que también puede desembocar en mayores precios para los consumidores, debido a la ruptura de las relaciones comerciales entre ambos socios, además del efecto que tendría la imposición de aranceles a la importación.

El último factor que puede presionar al alza a la inflación son los enormes déficits fiscales que hay en este momento, una realidad de la cual Estados Unidos no escapa. El gobierno estadounidense mantiene su plan de gasto público ambicioso, y las emisiones de deuda pública en el país han batido récords históricos durante el primer trimestre del ejercicio.

Dimon también ha tenido palabras para advertir de la confianza que los inversores están depositando en activos de riesgo como la bolsa. El Dow Jones acaba de batir los 40.000 puntos por primera vez en la historia, y el banquero americano advierte de que, aunque los mercados estén dando señales de buena salud, esto no sirve, necesariamente, para predecir el futuro. «Si hay tipos de interés más altos, o, Dios no lo quiera, estanflación, veremos estrés en empresas del sector inmobiliario, y aquellas que tengan un apalancamiento alto, además de en el mercado de crédito privado», ha señalado. También ha añadido que «la bolsa está muy alta, y creo que la probabilidad de que la inflación siga siendo alta y que los tipos se mantengan altos es mayor de lo que esperar la gente», señala. «La probabilidad de que algo salga mal es más fuerte de lo que se espera», insiste Dimon.

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