Fuente: elEconomista
El esfuerzo para alquilar y comprar casa sigue creciendo. La escasez de oferta y el consiguiente incremento de los precios están llevando al límite a muchos inquilinos y propietarios, que tienen que hacer malabares para hacer frente al pago de la renta o de la hipoteca. Los ciudadanos destinan un 34,5% de los ingresos del hogar a pagar el alquiler y un 22,6% a comprar casa, según los últimos datos de idealista correspondientes al primer trimestre. En cuanto al alquiler, ya supera el máximo recomendado por los expertos -a partir del 30% se considera sobreesfuerzo- tras subir tres puntos en el último año. La situación es especialmente complicada para las personas que residen en los grandes mercados del país.
De hecho, la tasa de esfuerzo para alquilar una casa de dos habitaciones superó el límite recomendado en ocho capitales. Las cifras más elevadas, superando la barrera del 40%, se registraron en Barcelona (43%) y Palma (41%). La presión también es elevada en Málaga (39,8%), Madrid (38%) y Valencia (38%), seguidas de Alicante (34%), San Sebastián (32%) y Las Palmas de Gran Canaria (31%).
Muy cerca del sobrepasar la barrea del sobreesfuerzo se encuentran Segovia (30%), Bilbao (29%), Sevilla (29%), Santa Cruz de Tenerife (28%), Cádiz (26%), Vitoria (26%) y Granada (26%). En cambio, los inquilinos que mejor lo tienen son los de Ciudad Real (16%), Teruel (17%), Jaén (17%), Palencia (18%), Zamora, Melilla, Cáceres y Huesca (19% en las cuatro ciudades).
Si analizamos la evolución del esfuerzo en el último año, la situación se ha endurecido en Málaga, ya que la tasa se ha incrementado en siete puntos. Le sigue Segovia (6 puntos), Valencia (5 puntos), Madrid (5 puntos), Palma (4 puntos), Girona, Las Palmas de Gran Canaria y Barcelona (3 puntos en las 3 ciudades). En cambio, el esfuerzo para alquilar se ha reducido en cinco ciudades en el último año. Se trata de Jaén, con una bajada de 2 puntos, Pamplona, Huesca, Logroño y Cádiz (-1 punto en todas ellas).
«La demanda se mantiene estable o con incrementos pero cada vez debe centrar sus esfuerzos en un volumen más bajo de viviendas, lo que empuja los precios al alza y tensiona el esfuerzo que deben realizar las familias para acceder a ellas. Lamentablemente no parece que estemos cerca del final de esta escalada. En el mercado del alquiler las consecuencias de la ley de vivienda siguen drenando la oferta y aumentando la competencia entre familias, a pesar de lo cual no se percibe voluntad por parte del Gobierno para revertir esta tendencia», explica Francisco Iñareta, portavoz de idealista.
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